Javier Estrada, el joven de 31 años que confesó que asesinó en agosto de 2011 a los dos gemelos de 10 años hijos de su novia, escondía en su vehículo un arma de fuego y munición. Así lo recoge el fiscal en su informe sobre los hechos, en el que destaca que la policía localizó durante el registro de su automóvil, un Peugeot 307, un arma "auténtica" para la que carecía de permiso. El procesado, por tanto, será acusado de un delito de tenencia ilícita de armas, pero el juicio por estos hechos se celebrará de forma independiente al del doble crimen.

El sospechoso, que se enfrenta a una petición de 50 años de prisión, reconoció ante la juez que investigó los hechos que mató a los pequeños en el inmueble de Monte Alto en el que residían junto a él y a su madre golpeándoles con dos barras de una estantería y que los "remató" clavándoles la parte metálica del sillín de una bicicleta estática.

"Durante la hora siguiente al crimen, comenzó a limpiar los restos de sangre y restos de tejidos procedentes de los cuerpos de los niños, y preparó su maleta con intención de huir, si bien, finalmente, optó por no hacerlo", relata el representante del Ministerio público en su escrito de calificación. De hecho, el sospechoso, tras asesinar a los gemelos, llamó al cuartel de la Policía Local, situado cerca de la vivienda, y dijo al agente que cogió el teléfono: "Aquí pasó algo muy gordo. Dos niños muertos. Yo los maté. O vienen o me voy".

Estrada, según subraya la Fiscalía en el documento, tiene una capacidad intelectual "límite" y presenta "un trastorno de la personalidad de tipo evitativo, con rasgos esquizoides, depresivos, límite y paranoide". El fiscal recalca que "ninguna de las dos circunstancias" le impide "comprender la ilicitud de sus actos" ni afecta "a sus capacidades volitivas". En el momento en el que cometió el crimen, el procesado, según subraya la acusación pública, era perfectamente consciente de sus actos.

La madre de los niños, que está acusada de maltratarlos antes de conocer a Estrada a través de una agencia matrimonial, se enfrenta a una petición de 11 años de cárcel. Mar Longueira abusaba psíquica y físicamente de los gemelos, uno de los cuales tenía una minusvalía del 52%. El "comportamiento violento" de Longueira, según consta en el informe del Ministerio público, se "exacerbó" cuando conoció a Estrada a través de una agencia matrimonial. Durante el año que convivieron en el piso en el que sucedieron los hechos, ambos maltrataban habitualmente a los pequeños.

La Fiscalía señala que "impresiona la frialdad emocional" de la madre de las víctimas, que tiene "conservada su capacidad de entender y actuar". La mujer presenta un trastorno mixto de la personalidad.