A inicios de este siglo, las obras que se realizaban en el parque de Eirís descubrieron a los operarios un tesoro arqueológico guardado con celo bajo tierra durante más de un milenio. Las primeras excavaciones, realizadas muy cerca del vial de Lamadosa, revelaron que lo que allí encontraron eran los restos de un antiguo asentamiento de la época romana. Ahora, el proyecto de recuperación de yacimientos arqueológicos que impulsa la Concejalía de Urbanismo abre la puerta a que los arqueólogos vuelvan a remover la tierra para comprender mejor cómo es la historia de los coruñeses.

Los técnicos ya se han puesto manos a la obra en el parque de Eirís, aunque por el momento su trabajo se centra en la recuperación de la Torre de Valparaíso. Esta antigua fortaleza baluartada, hoy en estado de abandono, comenzó a construirse a mediados del siglo XVII con el objetivo de servir de apoyo al castillo de San Diego y a la batería de Oza, reforzando las defensas en un flanco por el que los ingleses de Francis Drake habían entrado para asediar la ciudad en 1579. El Concello ha encargado los trabajos a la empresa coruñesa de arqueología Argos, que ya había estado en el lugar en verano realizando investigación documental por propia iniciativa.

Marco Antonio Rivas, arqueólogo municipal y coordinador del proyecto desde el Ayuntamiento, señala desde una de las piedras de la Torre de Valparaíso con su dedo al campo de fútbol de Eirís para indicar el origen de aquellos restos romanos. "Según el arqueólogo que documentó la excavación lo lógico sería que la villa romana estuviese orientada hacia nosotros", explica. Los trabajos se centrarán primero en la rehabilitación y musealización de Valparaíso para después ubicar exactamente la villa con un georradar. Con todo, no será sencillo. "Va a ser difícil y puede que no la localicemos porque es una zona muy alterada, pero estimamos que hay una serie de espacios, como los cercanos al lago artificial, donde podemos topar con algo", asegura.

A David Fernández, de la empresa Argos -la misma que ha estado buceando en la ría de Ferrol en busca de La Ragazzona de la Armada Invencible- la idea también le apasiona. Este arqueólogo es uno de los responsables de los trabajos que desde la pasada semana se realizan en la torre. Por el momento, y hasta que se haga la licitación, no sabe si su pequeña empresa será la responsable de excavar los restos romanos. Aunque solo con pensar en la idea se emociona. "Es una gran sorpresa porque no tenemos constancia de presencia romana en el entorno", asegura.

Las hipótesis que maneja señalan a un asentamiento periurbano casi único. Una posibilidad que tendría su lógica si se tienen en cuenta las teorías de algunos historiadores coruñeses que apuntan a la existencia de una vía romana entre Eirís y Elviña. "No está localizada todavía pero que hubiese una vía así tiene sentido porque el puerto romano de A Coruña era importantísimo y necesitaba viales para el transporte terrestre", asegura.

Esta zona insiste en ser un punto bastante prolífico desde el punto de vista arqueológico. No muy lejos de ahí, en el entorno de Monte das Moas, los alumnos del historiador Francisco Vales Villamarín encontraron años atrás los restos de unas hachas pulimentadas de la época Neolítica. Aunque esa ya es otra historia.