Era el día de los museos pero, finalmente, se convirtió en el día de los más pequeños, de los que se sorprenden con todo, de los que no se cansan de comentar, con sus bocas desdentadas, todo lo que les pasa por delante y de los que nunca tienen miedo de explorar un poco más, de aprender los misterios que se esconden tras los marcos de los cuadros o los cristales del acuario.

Los museos de la ciudad celebraron ayer dos festividades, el Día Internacional de los Museos y la Noche Europea de los Museos, así que hubo doble jornada en algunas de las instalaciones culturales, como en Bellas Artes, que ofreció una visita nocturna por sus tesoros.

La Torre de Hércules y sus alrededores, Capitanía, el Palacio de Exposiciones y Congresos, los museos científicos y, entre otros, las casas museo abrieron ayer sus puertas de manera gratuita para reivindicar su sitio en el ocio de la ciudad, para decir que son algo más que un lugar al que ir de excursión, así que mostraron sus curiosidades más rebuscadas, como el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, que homenajeó a su pieza más antigua, una ballestita del siglo XV.

El teatro Rosalía de Castro también abrió ayer sus puertas, de manera gratuita, aunque no para festejar el día de los museos, sino el de las Letras Galegas y el del 150 aniversario de la publicación de Cantares Gallegos, de Rosalía de Castro. Este concierto de Rosalía en el Rosalía tenía como objetivo mostrar cómo la literatura gallega ha servido de inspiración a compositores para crear sus obras.

Esta actividad, que se enmarca dentro de los escasos actos que organizó la ciudad para celebrar el día das Letras Galegas, contará con una segunda parte esta tarde, a partir de las ocho, también en el Rosalía.

Hubo más museos que letras, más visitas a las entrañas de la ciencia que a las de la literatura durante este fin de semana en el que coincidió el homenaje al autor Roberto Vidal Bolaño con la noche y el día de los museos. Pequeños y mayores se agolpaban ayer, en el acuario para poder ver de cerca los tiburones.