Con la apertura de la única oferta técnica para levantar el pabellón de O Castrillón, los vecinos pueden ir conociendo más detalles de la nueva infraestructura, que tendrá cinco plantas repartidas en dos volúmenes comunicados que, según los redactores del proyecto, está concebido para integrarse de forma armónica en las parcelas en las que se ubicará, al lado del colegio Fernández Latorre, e incluso aprovecha la topografía del terreno, en pendiente.

La única propuesta presentada al concurso, firmada por Gabeiro Proyectos y Estudios para Gadisa, no es el proyecto definitivo ni está adjudicada. Resta por abrir la oferta económica y, si resulta aceptada por los responsables de la Empresa Municipal de Vivenda (Emvsa), técnicos de ambas partes perfilarán el diseño definitivo. Según el pliego de condiciones, la gestión deportiva y la gestión comercial se hará por separado. Por un lado, Emvsa adjudicará la gestión deportiva y, por otro, la empresa adjudicataria asumirá íntegramente los cuatro millones que cuesta el complejo a cambio de la concesión de los 1.600 metros cuadrados de superficie comercial ampliada a setenta años.

Según el proyecto hecho público ayer en las oficinas de la Casa del Agua, las instalaciones se van repartiendo en cinco alturas diferentes intercaladas entre los volúmenes. En la cota más baja, está la zona de aparcamiento interior (2.547 metros cuadrados), con unas setenta y cinco plazas, aunque también habrá vacantes en superficie en las tres calles que rodean el complejo: avenida de los Caídos, Casanova de Eirís y calle Ordes.

En la siguiente cota, con 1.608 metros cuadrados, está la superficie comercial, con entrada por Casanova de Eirís, que contará con comunicación con el aparcamiento. La siguiente cota es la de la piscina, que propone un vaso de 25 metros apto para competiciones tal y como pedían los vecinos y no de 20 como incluía el Concello en su pliego. Sobre la pista polideportiva y la piscina, la oferta técnica de Gadisa describe una estructura de vigas y correas de madera laminada. En cuarto lugar, y casi a la misma altura que la piscina, está esa pista polideportiva, preparada para la práctica de distintos deportes.

En la planta más elevada y rodeando desde lo alto la cancha, tal y como ocurre en otros pabellones como el de San Diego, se ubica el gimnasio y las salas de entrenamiento y actividades. Los creadores prevén que el inmueble se integre de forma natural en su entorno y las edificaciones próximas y que las distintas dependencias tengan visibilidad tanto interior como hacia el exterior.