Los operarios contratados por el Ayuntamiento encargados de derribar las casas abandonadas en el callejón de Atocha Baja para proceder al acondicionamiento del terreno acabaron topándose con vestigios de una antigua iglesia. La aparición de estos restos ha obligado a paralizar las obras hasta que la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, que analiza el valor de las ruinas encontradas en los muros de los edificios colindantes, decide qué medidas tomar con ellas. En ese enclave se situaba la capilla de Nuestra Señora de Atocha, derribada en 1927 por verse arruinada y de la que se conocía su existencia desde el siglo XVI.

Siga leyendo la noticia en Orbyt, o suscríbase a La Opinión de A Coruña y tenga acceso completo a todas nuestras noticias sin límites.