Se dice que la necesidad agudiza el ingenio. Si la necesidad equivale a tener ganas de trabajar, el dicho se confirma en muchos de los negocios que están proliferando en los últimos meses en la ciudad. La clave de estos establecimientos es la innovación, lo novedoso como esencia. Negocios atípicos en la ciudad montados, en muchos casos, por emprendedores sin experiencia pero con una gran ilusión.

Este es el caso de Verónica Pan y de María Rodríguez. Ambas se formaron en el mundo del audiovisual pero la crisis económica y la crisis del sector las alejó de él. Juntas han decidido abrir una papelería japonesa dedicada al craft&scrapbooking, manualidades con el papel como base. La clave de su negocio la tienen clara, "ser diferentes del resto" y "que cada producto que ofrecemos sea especial". Los negocios buscan ese valor añadido a la oferta de sus locales como vías para triunfar en las circunstancias actuales.

Otro camino de originalidad es importar modelos de negocio que funcionan en otras partes del mundo pero que no tienen presencia en la ciudad. Como el de Lola Bautista, propietaria de la tienda Kiloprendas, que se ha decidido por un tienda de ropa de segunda mano. "Viajando por Londres y Francia vi que este tipo de tiendas eran muy habituales y funcionaban bien", asegura. Kiloprendas instaura además un nuevo sistema de precio para la ropa. El cliente paga en función del peso de la ropa que elija. Lola Bautista asegura que "comprar la ropa a peso sale mucho más económico". Otro de estos empresarios que innovan adoptando negocios rentables en otros países es José Luis Lamas, de Puff Cigarrillos Eléctricos.

La otra gran alternativa de negocio para los emprendedores es la producción y difusión de productos naturales y ecológicos. Esta es la propuesta de Antonio Gómez y Broder Fernández que, tras varios años trabajando en el sector, se aventuraron con la heladería ecológica The Bio Factory. Su receta es conjugar el placer de comerse un helado con una alimentación sana. En sus productos "el 90% de la materia prima se produce en la provincia de A Coruña". Otro negocio que sigue estas bases es la Leitería de Joaquín López. En plena avenida de Finisterre podemos adquirir productos lácteos naturales que escapan al circuito de la industria. "Queremos un producto que no tiene nada que ver con esa leche más industrializada", afirma López.

Por el momento estas iniciativas emprendedoras e innovadoras están funcionando y los clientes responden positivamente. Para sus propietarios sus negocios son una senda de futuro por la que caminar en momentos en los que el trabajo es un bien preciado y escaso. La innovación parece ser la única vía posible para salir adelante.