La reincidencia en desacatar un fallo judicial que le prohibe ponerse al volante hasta el año 2025 y en pilotar bajo los efectos del alcohol ha llevado a prisión a un conductor peligrosamente familiarizado con los percances de tráfico. Diez días después de ser interceptado por una patrulla de la Policía Local y presentar una tasa de alcoholemia de 1,74 y 1,70 miligramos de alcohol por litro de aire expirado -la segunda más alta en la ciudad desde que se hacen estas pruebas-, el mismo piloto fue otra vez parado por los agentes tras cometer una infracción y de nuevo registró unos niveles de alcohol por encima de lo permitido, 0,84 y 0,89 miligramos por litro. El conductor fue detenido la pasada madrugada y llevado a comisaría, se presentó por la mañana en el Juzgado de Guardia y el titular del mismo decretó su ingreso en prisión preventiva.

La última detención de este hombre, de 40 años, se produjo a las 3.30 de la madrugada del sábado al domingo. Un vehículo camuflado de la Policía Local le dio el alto al percatarse de una irregularidad en su conducción mientras circulaba por la ronda de Outeiro, el mismo vial en el que fue interceptado a finales del mes de enero. Por su reincidencia y por presentar un cuadro de menosprecio a la seguridad vial con riesgo propio y de terceros al haber ingerido alcohol en exceso -lo máximo que permite la ley es 0,25 miligramos por litro de aire respirado-, con el agravante de incumplir de nuevo tres sentencias firmes por hechos similares que no le permiten conducir vehículos hasta dentro de once años, los agentes lo detuvieron y lo trasladaron a dependencias policiales.

Por la mañana el titular del Juzgado de Guardia resolvió imputarlo por un concurso de dos delitos contra la seguridad vial: conducción bajo el efecto de bebidas alcohólicas y quebrantamiento de condena, los mismos que se le atribuyeron el pasado 22 de enero. Tras aquel percance el hombre fue citado para un juicio rápido al que no se presentó. Ayer el juez tomó una decisión más drástico: el ingreso en prisión. El coche fue inmovilizado y trasladado al depósito municipal y quedó a disposición judicial.

El piloto ya había sido sentenciado en tres ocasiones por delitos contra la seguridad vial y por varios juicios pendientes por la misma causa con la prohibición de conducir hasta octubre de 2015 y sucesivamente hasta 2018, 2021 y 2025. Los 1,74 y 1,70 miligramos por litro que presentó en enero son la tasa más alta de alcohol registrada en la ciudad desde que el 092 realiza estas pruebas. El nivel más alto lo tuvo otro piloto que en 2006 marcó 1,81 y 1,77 miligramos por litro de aire expirado.

Los agentes también denunciaron por alcoholemia a otro conductor, un joven de 24 años, tras practicarle un control que marcó una tasa de 0,53 y 0,51 mg./l.