Los hosteleros confían en que la nueva normativa sobre las características de los locales aprobada por el Gobierno municipal el pasado viernes pondrá fin a la "competencia desleal" que aseguran que sufren por parte de locales como panaderías o confiterías.

"A partir de ahora todo el mundo que quiera vender comida y bebida tendrá que tener licencia de hostelería. Muchos de estos locales carecen de insonorización y de baños adecuados. Están exentos de cumplir las mismas normas que nosotros y, al final, pueden vender más barato", explica el presidente de la Asociación Provincial de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete.

El representante de los propietarios de los establecimientos subraya que el objetivo es que "todo el mundo compita en igualdad de condiciones". Cañete indica que habrá un "periodo de transición", pero que los locales que incumplan el documento deberán "adaptarse".

Otro de los puntos de la ordenanza municipal que el colectivo considera favorables es que permitirá abrir negocios de hostelería en bajos de menos de 60 metros cuadrados, algo que hasta ahora estaba prohibido, lo que obligaba a este tipo de establecimientos a abrir con otro tipo de licencias. "La ordenanza intenta facilitar la implantación de locales", señala Cañete.

El presidente del colectivo sostiene que la normativa fue "consensuada" con el concejal de Infraestructuras, Martín Fernández Prado y con representantes de los vecinos, ya que éstos se quejaban de los ruidos. El escrito también establece que los negocios deberán contar un aparato para controlar el número de personas que hay en su interior. El objetivo es que no sobrepasen el aforo permitido. Además, la extracción de humos deberá realizarse por chimeneas hacia la cubierta.

La ordenanza relativa a las tasas de las terrazas, aprobada el pasado mes de mayo, también había sido pactada entre el representante de los hosteleros y el Ejecutivo local, pero finalmente los propietarios de los locales presentaron alegaciones contra 23 apartados del documento. El Concello, sin embargo, hizo caso omiso a sus reclamaciones.

Las nuevas ordenanzas, tanto la relativa a terrazas como la de las características de los establecimientos y la relativa a la "parte burocrática", que queda por aprobar, sustituirán a la antigua de ruidos en la que el Ayuntamiento regulaba todos los aspectos relacionados con la hostelería.