Huelga a la vista en los complejos polideportivos de la ciudad. Los trabajadores de Elviña, Agra y Sardiñeira iniciarán el próximo 24 de febrero, lunes, un paro indefinido en las tres instalaciones. No habrá servicios mínimos. De fondo, hace daño la conflictiva relación entre la Xunta, titular de los centros, y Gaia, concesionaria que los gestiona, que ha derivado en nueve despidos y en la presumible rescisión del contrato de concesión, que tiene vigencia hasta 2026.

Es la plantilla la que anuncia la huelga. Su representante y presidente del comité de empresa de los tres complejos, Rubén Duruelo, afirmaba ayer que la medida persigue dos objetivos: la readmisión de las seis personas que ya han sido despedidas y las tres que dejarán sus puestos la próxima semana; y que tanto Gaia como Fundación Deporte Galego clarifiquen el pliego de condiciones de la concesión y presenten los documentos que demuestran que las instalaciones tienen las pérdidas que admiten.

La empresa concesionaria reconoce que ha tenido que prescindir de personal por la caída de ingresos que ha sufrido en los últimos tres años, y que en 2013 llegó a los 400.000 euros. "La realidad es insostenible. Se despide porque no se pueden mantener las pérdidas. Nuestra plantilla es excepcional, pero lo que tenemos es un serio problema de falta de inversión", confiesa el gerente de Gaia, Marcos Fernández. Admite además el responsable de la firma que el personal de los tres complejos "está sobredimensionado", aunque antes, al comienzo de la concesión, "no había suficientes técnicos ni encargados de actividades".

Cuando Gaia se hizo con la gestión de los recintos de Elviña, Agra y Sardiñeira en 2006 había 71 empleados, cifra que subió a 87 hasta comienzos de este año, parte de ellos contratados a tiempo parcial. En el último mes y medio la empresa optó primero por presentar un ERE y después se decidió por ejecutar despidos, de modo que en los últimos días prescindió de seis trabajadores y a partir de mañana lo hará de otros tres. El departamento de administración se quedará sin personal, apunta Duruelo, mientras que limpieza y mantenimiento perderán también puestos.

Al comité de empresa le intrigan algunos aspectos: que Gaia no justifique las pérdidas en un informe contable que entregó al personal; que abonase a los trabajadores en enero un plus de productividad; o que desembolse ahora 200.000 euros en despidos tras admitir la reducción de ingresos. Y además censuran la falta de comunicación con la plantilla. "La empresa nunca tuvo la deferencia de hablar con el comité sobre el estado de las cuentas y solo se dirigió a los empleados ahora, cuando quiso aplicar el ERE y cuando empezó a despedir", señala Duruelo.

La plantilla de las tres instalaciones, de la que una parte se concentró el viernes a las puertas del complejo de Elviña, ya conoce la intención de la Xunta de tramitar la paralización de la concesión, algo que en principio no pretende admitir Gaia. Ahora los trabajadores esperan que el compromiso expuesto por Fundación Deporte Galego sea "real" y suponga el rescate de la concesión por incumplimiento y la readmisión de los empleados.

El comité ha informado de sus problemas al Concello, pero este ha evitado pronunciarse respecto a una posible gestión municipal de las instalaciones, de las que reconoce -como también Gaia y la Xunta- que no están en buen estado.

De momento, y si no hay marcha atrás, habrá huelga. Los usuarios no podrán acudir a los complejos desde el próximo lunes 24 porque allí no habrá nadie trabajando.