Se echaba en falta. Y mucho. Tras tres meses de pertinaz lluvia y una cadena de borrascas que parecía que iba a prolongarse eternamente, la llegada de Lorenzo abarrotó ayer las terrazas, los paseos marítimos y animó a los pescadores a disfrutar de una apacible jornada de pesca en los acantilados de Dexo y otros puntos de la comarca. El sol relució durante toda la mañana y las nubes de primera hora de la tarde no rebajaron el ambiente festivo.

Para animar a a los peces a asomar la cabeza tras tanto temporal, hay pescadores que recurren al marisco. "Para mí uno de los mejores cebo es el langostino", sostiene Bernabé Pérez, propietario de la tienda de pesca O Dique, en el Náutico de A Coruña, en el entorno del castillo de San Antón. Este avezado pescador, acompañado de veteranos del arte del anzuelo como Calvete, que ha conquistado varios premios nacionales, se suelen dar cita los domingos en la costa de Dexo para disfrutar de una apacible jornada de pesca. Solo las vistas de los acantilados de este enclave oleirense compensan con creces el madrugón.

En el arte de la caña, no existen las recetas infalibles. Ni el cebo perfecto. En la pesca a fondo algunos se decantan por el coreano. Otros por el tubo-funda o el cangrejo, como Calvete. La paciencia es clave para que piquen sargos, lubinas, maragotas, doncellas,.... Y también la suerte.

Bernabé Pérez se ha convertido un habitual de este enclave. Aunque lo que más le gusta, dice, es la pesca de río. Desde hace unos meses, ha hecho de su afición su medio de vida. Se ha reciclado y se ha atrevido con la concesión de la tienda de pesca O Dique. Ha puesto toda la carne en el asador y ahora espera que la suerte pique el anzuelo. El refrán en casa de herrero, cuchillo de palo no puede aplicarse en su caso. Lejos de cansarse de moverse entre anzuelos, cañas, cebos y demás material de pesca, Bernabé se ha inscrito en una nueva asociación, Mar de Fondo, y se pega el madrugón casi todos los domingos para pescar en compañía de sus hijos.

Como él, numerosos vecinos de A Coruña y comarca aprovecharon ayer el ansiado anticiclón para echar el anzuelo, darse una vuelta por las playas y los más atrevidos, para pegarse un chapuzón.