Como ocurre desde el pleno de febrero pasado, la operación Pokemon y su rama coruñesa, la Pikachu, volvieron ayer a ocupar minutos en una sesión. El portavoz de Esquerda Unida, César Santiso, mantuvo encendida la llama del caso de corrupción en el que están imputados dos concejales -el popular Julio Flores y el socialista José Nogueira- y funcionarios del Ayuntamiento con dos preguntas en cuya respuesta los miembros del Gobierno local evitaron hacer referencia a la trama y contraatacaron cuestionando de nuevo, como en los dos plenos anteriores, el modo en cómo Santiso accedió a su empleo en la Diputación.

EU preguntó si después de manifestar que "se quieren políticos que cobren como becarios, preferiría un sueldo como el de los conserjes presuntamente enchufados en Vendex" y si el Concello cree que "existen mecanismos de control como para rechazar una comisión para vigilar las concesiones municipales". Flores contraatacó: "Si alguien sabe de enchufes es usted, que no pasó ningún examen para entrar en la Diputación y logró colocar al clan Santiso en el organismo provincial". Santiso evitó responder en esta ocasión, pero en el anterior pleno ya había enumerado todas las pruebas que había tenido que superar para lograr su puesto de trabajo.