Lleva 37 años "viendo la vida pasar" desde la esquina de Juana de Vega con el Cantón Pequeño y, hoy, se acaba su aventura de vendedor de periódicos y revistas. Gaspar Sánchez se va hoy del quiosco que lleva su nombre y le pasa el relevo a una prima de su mujer, aunque seguirá ligado al negocio desde otro punto de venta.

"Este quiosco era de una tía de mi mujer, Rosa María Vidal [que ayer estaba de vacaciones] entonces, nosotros estábamos trabajando en Alemania y, en el año 1978 volvimos y cogimos el negocio y hasta ahora", explica Gaspar.

Con una sonrisa en la cara dice que, desde su "ventanita" vio cómo "empezó la pornografía", "cómo nació la democracia" y "cómo fue el golpe de Estado del 23-F". Recuerda que, entonces, sí que se vendían periódicos y revistas, sobre todo, cuando el destape era una novedad y no el pan de cada día. Dice que la caja no es igual, que han bajado los ingresos con el paso de los años, pero, aún así, reivindica el romanticismo del papel. "El periódico hay que tenerlo en la mano, olerlo y llevárselo para casa por la mañana temprano", explica.