La demora en la ejecución del sellado del vertedero de Nostián tiene consecuencias sobre los vertidos que efectúa la planta de basuras, ya que no cumplen los límites establecidos en la ordenanza municipal que los regula. Al no ser posible adecuar las características de esas emisiones a la normativa hasta que se sellen los depósitos de rechazos, el Ayuntamiento concedió a Albada en septiembre de 2014 una prórroga para mantener esos vertidos hasta que se realice el sellado y le ordenó tomar una serie de medidas de control, según le explicó la empresa a la Xunta al solicitarle la autorización ambiental integrada.