La Marina y su entorno, territorio urbano objeto de las obras más ambiciosas del Gobierno de Carlos Negreira, han revelado en algo más de dos meses que los trabajos realizados durante más de un año por las empresas adjudicatarias para construir el túnel de la Marina y reurbanizar la superficie para dotarla de más espacio peatonal han dado como resultado algunas deficiencias.

A las filtraciones de agua ahora reaparecidas y a los baches en el vial subterráneo que cruza la plaza del Ayuntamiento hay que añadir otras fugas de agua marina en la parte de toda la obra que aún falta por completar, el enlace del túnel de la Marina con el túnel de O Parrote, que probablemente no esté terminado hasta después del verano pese a que la Autoridad Portuaria preveía que fuera antes. El nuevo Gobierno municipal atribuyó este problema a fallos de ejecución por las prisas durante las obras, aunque el Puerto achacó las filtraciones a que los trabajos de aislamiento no han finalizado y descartó errores en el desarrollo de los trabajos.

En la zona peatonal reurbanizada se han advertido ya otros desperfectos y carencias: el granito del suelo tiene filtración y presenta daños; gran parte de las camelias han secado, las farolas, al igual que las de O Parrote, destiñen; los bancos tradicionales son escasos; y no hay espacios con sombra. El Gobierno de Marea Atlántica estudia instalar una serie de bancos de piedra y un sistema de lonas para crear sombra en la nueva explanada.