El ordenador desde el que se controla el sonido en el salón de plenos del Ayuntamiento es el empleado para todos los acontecimientos que se desarrollan en el lugar, incluidas las bodas. Cuando comenzó la sesión plenaria de ayer, un error hizo que sonasen los primeros acordes de la marcha nupcial, lo que motivó las carcajadas de todos los presentes. Y lo que sucedió a continuación, además, con enfrentamientos dialécticos de tono subido entre los grupos políticos durante el pleno, no tuvo nada que ver con la relación amorosa que había sugerido la música empleada en las ceremonias de casamiento.