El Ayuntamiento estudia volver a descubrir los restos arqueológicos de Puerta Real, que este mes fueron protegidos y tapados por cemento y césped, tal y como recogía el proyecto desarrollado por la Autoridad Portuaria y el anterior Ejecutivo local (PP). Desde 2008 estuvieron a la vista, tras un cristal que provocó que el agujero se convirtiese en una papelera improvisada.

Los arqueólogos contratados para el proyecto del Concello y el Puerto recomendaron, en 2014, que los restos se ocultasen porque, según su estudio, no se podía garantizar "un mantenimiento adecuado". Además, advertían de que tenían "serias dudas" sobre la cronología y funcionalidad de la fortificación debido a la "poca información demostrada que se tiene". Los expertos indicaron que, probablemente, pertenecía a los accesos a la Ciudad Vieja construidos en el siglo XII

El actual Gobierno municipal envió ayer un escrito a los medios de comunicación en el que informa de que los restos fueron cubiertos "de forma provisional mientras se desarrollan las obras de la Marina, para protegerlos en espera de decidir su futuro". El Concello, por tanto, no tendrá en cuenta el informe elaborado por los expertos en 2014. Así, alega que un estudio realizado "a instancias del arqueólogo municipal" certifica "que la construcción se puede corresponder con el sistema defensivo de la ciudad, una fortificación del siglo XIII". El Ejecutivo local sostiene que "valorará" la posibilidad de "redefinir la ventana arqueológica en la que se exponían hasta ahora", ya que presentaba "problemas de visibilidad, vegetación y suciedad" y no suponía "una solución válida para dar visibilidad a los restos".

La muralla fue descubierta en 2006, cuando unos operarios de Unión Fenosa abrieron una zanja para instalar un transformador eléctrico detrás del quiosco de Puerta Real. Tras permanecer dos años sin protección, en 2008 el Gobierno dirigido por Javier Losada (PSOE) ordenó musealizar los restos. La Xunta invirtió en el proyecto 300.000 euros.