La decisión del Concello de admitir ruegos y preguntas de los vecinos en los plenos ha sido recibida mayoritariamente con optimismo por las asociaciones vecinales de A Coruña. La mayor parte de los líderes vecinales consultados cree que el turno de preguntas abierto a los ciudadanos, que se reconoce en el reglamento orgánico del Ayuntamiento, pero que se aplicará por primera vez en la historia de la ciudad en el próximo pleno, favorecerá la participación. Algunos creen, en cambio, que puede "politizarse", tienen dudas de su desarrollo en la práctica o prefieren que las reclamaciones ciudadanas se acojan a través de una "entrevista personal".

La presidenta de la asociación vecinal de Peruleiro y la plaza de Os Mariñeiros, Ana Rodríguez, celebra la medida y afirma que el turno de intervención vecinal "va a ser positivo". En su opinión, da a las asociaciones vecinales la oportunidad de plantear cuestiones al Concello de forma directa, mientras que ahora, en ocasiones, no saben "ni cuándo ni cómo" elevarlas.

La presidenta de la asociación de la Ciudad Vieja, Rosa Quiroga, tiene una opinión parecida. Considera que la política municipal se encontraba "muy distanciada del ciudadano" y que los cargos políticos "hacían, deshacían, pactaban, pero el ciudadano contaba poco". La participación vecinal en los plenos, cree Quiroga, ayudará a paliar este problema. Entre los temas que propone llevar a debate está crear un tren de cercanías que llegue a la plaza de Ourense, para reducir el tráfico y unir "a toda la comarca".

El presidente vecinal de Novo Mesoiro, Manuel Méndez, cree que la medida es "lógica y básica" y que permite "normalizar algo que pasa en otras ciudades". Méndez, cuya asociación manda preguntas a los partidos con representación municipal para que las presenten en el pleno, considera que la creación de un turno de cuestiones se tendría que haber aplicado "hace muchos años". El presidente de la asociación de vecinos de A Gaiteira y Os Castros, Paulo Sexto, señala que su asociación lleva años "luchando" para conseguir participación vecinal en los plenos de A Coruña, y reclama que el 25% de la inversión en los barrios la decidan directamente los vecinos.

Enrique Fernández, que preside la asociación vecinal Francisco Rodríguez Otero de Labañou, tiene, en cambio, una perspectiva negativa de la medida. Fernández cree que la utilidad de las reclamaciones vecinales "está más en el acceso directo" al Ayuntamiento que en la posibilidad de realizar las preguntas públicas en el pleno, y prefiere que el Gobierno municipal recoja las preguntas de su asociación "en entrevista personal". Su organización continuará planteando sus ruegos y preguntas a través del registro municipal.

Otros representantes vecinales, aún apoyando la medida, se muestran más cautos con respecto a las posibilidades del turno de preguntas vecinal. Domingo Verdini, de la asociación de vecinos de O Castrillón, cree que la medida es "positiva" en su concepción, pero que habrá que esperar para ver cómo se "desarrolla y concreta".

El presidente de la asociación Uxío Carré de Eirís, Xesús Prado, cree que la iniciativa es una "maravilla", puesto que actualmente los vecinos que asisten al pleno "están como en un gallinero, sin poder expresarse". Al tiempo, recuerda que hay "muchas asociaciones de vecinos" ligadas con partidos políticos y, por tanto, muchas de las intervenciones que van a ir a pleno pueden estar "politizadas". Prado considera que lo "peor" de la medida es que se confundirán las preguntas que tengan intereses políticos con las que no. En todo caso, su asociación no desdeña preguntar por algún asunto en el pleno.

Un máximo de diez ciudadanos podrán plantear ruegos o preguntas en cada pleno municipal a partir de septiembre. Cada intervención durará, como máximo, tres minutos. Las solicitudes pueden presentarse ya en el registro municipal o en la página web del Concello. En caso de recibirse más de diez solicitudes, se realizará un sorteo para las que irán a pleno.