Las paredes de piedra del pantalán de la Marina están repletas de pintadas de color rojo en las que los dueños de los barcos exigen que se instale una puerta para impedir el libre acceso a la zona de amarre. El sistema que se utilizaba para restringir la entrada fue eliminado durante las obras de urbanización de la zona y no fue repuesto. Cerca de las escaleras de acceso al muelle estaba proyectado el comienzo de una pasarela que uniría esa zona del puerto con la situada en diagonal.

La iniciativa, que estaba recogida en el proyecto de urbanización de la Marina, permitiría a los viandantes caminar sobre el mar a través de dos pasarelas: una de acero corten y madera tropical de iroko a ras de suelo con trazado en zigzag; y otra inferior de chapa de acero tratado y estructura de poliuretano como si fuera una balsa flotante parcialmente sumergida, a la que se accedería mediante una rampa o una escalera. Su ejecución sobre la esquina del puerto implicaría eliminar tres pantalanes de los barcos de pesca de 10x2,5 metros, que se trasladarían, en teoría, "a continuación de los existentes, hacia el otro lado". El anterior Gobierno municipal, sin embargo, anunció el pasado mes de mayo que renunciaría a la construcción de la pasarela, que tenía un presupuesto de ejecución de 633.000 euros, porque alegó que se trataba de un elemento "complementario".