Dos de los tres atracadores que el 21 de octubre de 2014 asaltaron a punta de pistola la joyería Calvo, situada en Rúa Nueva, aceptaron esta semana ser condenados a cinco años de cárcel. Los sospechosos consiguieron huir con 30 relojes valorados en 150.000 euros. La Policía Local arrestó a uno de los procesados en la calle Vista y, al otro, en la playa del Orzán cuando intentaba esconder el botín en la arena. Los agentes los detuvieron gracias a la ayuda de un guardia civil coruñés que no estaba de servicio, ya que está destinado en Galdácano (Vizcaya), y al trabajo de los agentes de la sala de pantallas, que siguieron la pista al huido a través de sus cámaras de vigilancia, cuando caminaba por el paseo marítimo. El tercer ladrón consiguió huir.

Una de las clientas que estaba en la joyería a las once y media de la mañana, cuando llegaron los asaltantes, explicó que habían entrado tres hombres armados, que les habían dicho en inglés que se echasen al suelo y que, mientras dos les apuntaban con pistolas, el otro se fue directo a las vitrinas de Cartier y Jaeger la Coultre, dos marcas de relojes de lujo. El propietario del establecimiento destacó que los atracadores sabían "perfectamente" qué sustraer, pues fueron directos a los mostradores que contenían relojes de alta gama y los forzaron con unas palancas.

Este robo fue el tercero que sufrió el céntrico negocio en cuatro años. En septiembre de 2010, dos hombres entraron en la joyería Calvo y se llevaron 42 relojes valorados en 147.215 euros; y en mayo de 2013, cuatro ladrones, uno de ellos vestido de payaso, accedieron al establecimiento y se apoderaron de cuarenta relojes valorados en más de 100.000 euros. Este año fue sentenciado a cuatro años y tres meses de cárcel uno de los cuatro atracadores que el 11 de septiembre de 2010 asaltaron la joyería de Rúa Nueva. El procesado fue arrestado este año, tras ser identificado y localizado por la Policía Nacional gracias al ADN que los agentes hallaron en el disfraz que arrojó en la acera de la calle Mantelería durante la huida. De sus otros tres compinches, dos fueron enjuiciados y condenados; y el otro permanece en paradero desconocido.

El procesado, según consta en la sentencia, reconoció que formó parte del grupo que asaltó el establecimiento y huyó con un botín de 42 relojes de alta gama valorados en 147.215 euros. El imputado accedió al local junto con otros dos atracadores ataviados con disfraces, gafas oscuras, gorras, cascos y guantes para impedir su identificación y evitar dejar huellas dactilares. Mientras, otro de los ladrones realizó tareas de vigilancia en el exterior y colocó un trozo de madera delante de la puerta para que los transeúntes no se percatasen de lo que acontecía en el interior.

Los dos compañeros del acusado enjuiciados fueron condenados a cuatro años y medio, y a diez años de cárcel, respectivamente. La pena de éste último es mayor porque al atraco de la joyería Calvo en 2010 se sumó a su participación, en 2013, en el asalto a la joyería Ragil, ubicada en la calle Olmos, muy cerca de Rúa Nueva. El sospechoso logró huir sin ser identificado del primer robo, pero fue retenido por tres comerciantes del centro cuando intentaba huir del segundo.