Mallorca necesita un tranvía y a A Coruña le sobran cuatro, al menos hasta que el Concello decida qué hacer con el servicio turístico, interrumpido desde verano de 2011 por problemas de seguridad, según alegó el anterior Gobierno municipal, cuya reparación nunca se llegó a abordar y que quedó sin catenaria desde O Parrote hasta la Torre de Hércules. La compañía que opera en la isla ha tanteado el precio que le cobraría A Coruña por enviarle una de sus máquinas.

Frente a su hermano coruñés, que hasta su suspensión, hace cuatro años, acumulaba pérdidas de dos millones de euros desde su puesta en funcionamiento en 1997; el tranvía mallorquín es un atractivo turístico rentable. Tiene un precio de 5,5 euros por viaje -el de A Coruña costaba dos euros- y se suben en él un millón de pasajeros al año.

En Mallorca, la excursión que acostumbran realizar los turistas comienza por un tren de 31 kilómetros desde la capital hasta Sóller. Allí se suben al tranvía, de 5 kilómetros (seis tiene el recorrido coruñés), hasta el puerto, donde hay una zona de hoteles y playa, según explica Joan Mora, especialista en ferrocarriles y colaborador del Diario de Mallorca. Los dos tranvías tienen casi exactamente la misma edad, uno de 1912 y otro de 1913, fecha en la que en A Coruña se cambiaron los vehículos de tracción animal por los tranvías eléctricos.

El recorrido coruñés, antes de su interrupción, lo realizaban cuatro máquinas. Es en una de ellas que está interesada la compañía El Ferrocarril de Sóller, que necesita ampliar la flota después de una de sus unidades quedase definitivamente fuera de servicio tras un aparatoso accidente el pasado verano, relata Mora. En la Compañía de Tranvías no tienen constancia oficialmente del interés del Ferrocarril solleric.

La empresa balear ha puesto los ojos en el tranvía número 100, dice el periodista, porque es igual que los coches que operan allí. Antes de A Coruña, también preguntaron en Carrís de Lisboa, empresa que ya le vendió cinco tranvías en los años noventa, una opción que acabó descartada por el elevado precio que solicitaban. Igual con un coleccionista privado que, además, fue el artífice de la restauración de las máquinas mallorquinas y coruñesas, ilustra Joan Mora.

El futuro del tranvía en A Coruña está todavía por definir. Así lo señaló el alcalde, Xulio Ferreiro, el pasado lunes en un desayuno informativo, en el que manifestó que tiene la "impresión" de que los vecinos "no lo echan de menos" y habrá que "sentarse" con la Compañía de Tranvías para ver si se sigue adelante y si se quieren "asumir ciertas pérdidas para aprovechar la estructura ya hecha".