El alcalde, Xulio Ferreiro, defendió ayer que la subida del Impuesto sobre los Bienes Inmuebles (IBI) a las empresas que operan en el puerto es un "beneficio para la mayoría de los vecinos". De este incremento del 0,6% al 1,3% se quedan fuera las empresas dedicadas a la pesca, que recibirán una bonificación del 50%, según consta en las ordenanzas fiscales aprobadas en pleno el pasado lunes. El miércoles, el director de la refinería de Repsol, Luis Felipe Llamas, aseguró que esta subida -de 80.000 euros a 150.000- provocará que la factoría sea menos competitiva. El alcalde, sin embargo, restó importancia a este comentario y dijo que esta subida, a Repsol, "no le va a suponer mayor problema".

"A nadie le gusta pagar más de lo que pagaba", reconoció ayer Ferreiro, aunque adelantó que los vecinos verán "aliviada la presión fiscal que soportaban", ya que habrá exenciones a los impuestos, que están previstas en las ordenanzas.