A Coruña aparca mal. El Plan de Movilidad Urbana Sostenible, que constata el alto índice de estacionamientos indebidos, define la doble fila como una "tradición" y uno de los elementos con "peores consecuencias" para el funcionamiento del sistema de transportes de la ciudad, afectando al tráfico rodado, pero especialmente al transporte público, a la movilidad de los peatones y bicicletas y a la seguridad vial. El Gobierno local prepara una campaña para tratar de atajarla, prevista para el primer trimestre de 2016, que incluirá también el control del estacionamiento en las paradas de bus.

En los últimos años se han abordado medidas para tratar de eliminar esta endémica falta de disciplina, que sí se percibe socialmente como un mal comportamiento cívico pero que el propio conductor excusa en la falta de plazas para aparcar. Por este motivo entró en funcionamiento en 2008 el multamóvil, al igual que el Gobierno del PP emprendió campañas especiales de sanciones e instauró en 2012 en una serie de calles las Vías Prioritarias Vigiladas, con cámaras encargadas de velar por el cumplimiento de la normativa municipal de circulación.

En 2014, la Policía Local impuso en estas vías -plaza de Galicia, Rosalía de Castro, Federico Tapia, Francisco Mariño y parte de San Andrés- casi ocho multas diarias. El multamóvil multamóvilsancionó ese mismo año a 3.282 vehículos.

El actual Ejecutivo municipal, en su intención de potenciar el uso del autobús frente al coche privado, explica que está en "planificación" una campaña en el primer trimestre del año sobre el aparcamiento en paradas de autobús y doble fila "en vías de pasaje del transporte urbano".

En una respuesta escrita al grupo municipal socialista, el Ejecutivo avanza el diseño de este plan. El edil de Mobilidade Sostible, Daniel Díaz, ya había declarado que el combate contra la doble fila "tiene que ir acompañado de otras acciones". "No se descartan las sanciones, pero debe haber soluciones de movilidad. Las calles por donde pase el transporte público tienen que estar sí o sí libres de la doble fila", respondía.

Las denuncias por doble fila son el 10% de las más de 30.000 sanciones anuales de "ayuda a la movilidad" que impone la Policía Local. En 2014, fueron 3.243, entre las multas ordinarias, las de la vía prioritaria y las del multamóvil. Por tanto, ocho al día. El año anterior habían sido 300 más.

El paso por las calles de la ciudad del multamóvil revela en qué zonas el mal está más enraizado. Casi una de cada tres denuncias fueron en la ronda de Outeiro, con partes críticas como el tramo frente al parque de Oza o el paso por los barrios de Agra do Orzán y O Ventorrillo. El siguiente punto negro es Ramón y Cajal, pero lo cierto es que este tipo de aparcamiento indebido se reparte por toda la ciudad, desde la avenida de los Caídos y la calle de la Merced o, con nefastas consecuencias, el entorno de la plaza de Lugo.

Según el PMUS, seis de cada diez de las infracciones que se producen en el municipio están relacionadas con el aparcamiento indebido. Identifica como consecuencias de la doble fila la reducción de capacidad del viario, la disminución de la seguridad vial y la merma de la velocidad comercial de los buses, algo que también origina el aparcamiento en zonas reservadas a otros usos, como las paradas del transporte público o escolar, el taxi y la carga y descarga.