De los 5.000 metros cuadrados que tiene antigua propiedad castrense de Comandancia de Obras, entre el paseo marítimo y la avenida del Metrosidero, el Ministerio de Fomento reformará la mitad. La otra, queda a expensas de la inversión del Ayuntamiento, que por el momento no se muestra interesado en una intervención urbanística en el parque amurallado, en el que el anterior Ejecutivo municipal proyectó, pero dejó sin construir, una factoría cultural relacionada con el diseño de nombre Cidea. Fomento asume, con 1,3 millones de euros, las naves de entrada al complejo, la lado de la Hípica. Según el proyecto, coordinado desde la Oficina de Rehabilitación del Concello en mayo de 2014, la intervención incluye la construcción de una nueva nave acristalada y la plantación de mimosas.

La zona de actuación de Fomento, según figura en el expediente al que ha tenido acceso a este periódico, está formada por tres edificaciones con tipología de nave industrial, que se rehabilitarán al tiempo que se abordará la "la reurbanización interna del entorno inmediato de las mismas". Las dos naves principales, gemelas, con salida al metrosidero, ocupan 400 metros cuadrados cada una. Antiguamente alojaban talleres, almacenes, aulas y zonas de estar y servicios. El tercer espacio, que era un garaje, ocupa una superficie de 176 metros cuadrados. La nave de nueva creación se desarrollará entre las gemelas ocupando una superficie de 107,25 metros cuadrados.

La idea es "mantener el aspecto industrial de las naves existentes", mientras la nueva nave se diferenciará "optando por una imagen más liviana y acristalada, marcando la diferencia entre lo existente y la nueva construcción". Así figura en el proyecto firmado por el arquitecto Rafael González-Cebrián Tello.

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En cuanto a las fachadas, se recuperan parte de las existentes y otras se demuelen y se construyen nuevos paramentos, "acabando en el conjunto de los tres perímetros edificados con sistema también con estructura aislante hacia el exterior". En el antiguo garaje, la intención inicial era albergar un aula de arquitectura e ingeniería; en una de las naves alargadas, un vestíbulo conduciría a otros dos espacios, para papel-textil y digital; la otra nave contigua tendría una sala de maquetas / prototipos y una sala de proyectos; y la nave nueva, un aula de paisajismo-arte urbano.

En todo caso, el diseño para el interior, pensado para usos culturales, se proyecta completamente "diáfano", para que sean los propios usuarios del centro los que le vayan dando vida según sus necesidades, por lo que se podría adaptar a nuevos usos. Utilidad que aún se piensa el Concello, que en principio rechaza desarrollar la actividad del Cidea en el lugar -asegura que seguirá en la Fundación Seoane- y medita qué destino otorgarle una vez que se concrete la rehabilitación del Ministerio de Fomento.

Según el plan de obra incluido en el pliego, los trabajos se prolongarán durante un año y cuatro meses. Pensaban iniciarlos en diciembre de 2015, pero los plazos del concurso lo impiden. Se prolongarían, por tanto, hasta final de 2017.

Las naves serían, además, la puerta de entrada al complejo. Sus testeros forman parte del cierre de la parcela de la avenida del Metrosidero y desde ese extremo "se desarrollan avanzando hacia el área a modo de peine arquitectónico". Su estado de salud no es óptimo, con grietas importantes debidas a problemas de asentamiento, según analizan los arquitectos, que identifican que lo más valioso de todo el complejo son dos de los edificios que corresponde rehabilitar al Ayuntamiento -una nave central y la antigua residencia racionalista-. De la parte en manos de Fomento, destacan los armazones que sostienen los tejados de las tres naves. El proyecto incluye el ajardinamiento, que propone la plantación de mimosas, en diálogo de colores y estaciones con la flor roja del arbusto metrosidero. La base de los alcorques y del parterre se inspirará en la playa de los Cristales, de Laxe, hechos de vidrio reciclado y molido de varios colores.