Un hombre se sentará la próxima semana en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de A Coruña para responder por dos delitos de tentativa de homicidio. Tanto la acusación pública como la particular, ejercida por el abogado José Ramón Sierra, sostienen que el procesado intentó matar a un feriante y a su hijo con una escopeta de perdigones en agosto de 2013 tras discutir con ellos por una chica en la plaza central de una localidad del partido judicial de Carballo.

La Fiscalía reclama que sea condenado a 17 años y 9 meses de cárcel y a abonar una indemnización a las víctimas de 43.385 euros; mientras que el abogado de los afectados exige 22 años de prisión y el pago de 48.049 euros. El sospechoso, según consta en los escritos de calificación, mantuvo una discusión con una chica por mirarla y hacerle algún comentario. La disputa llamó la atención de uno de los perjudicados, que regentaba un puesto de hamburguesas en la feria junto a algunos familiares. "¿Tú qué miras?", le espetó el imputado, quien, a continuación, le golpeó con el puño en la cara. El padre de la víctima y otros familiares consiguieron separar al acusado, quien abandonó el lugar.

Dos horas y media más tarde, sobre las 22.30 horas, regresó al campo da feira con una escopeta para la que carecía de licencia. Algunos testigos vieron al sospechoso con el arma, por lo que "se corrió la voz de alarma", según relata el fiscal, quien asegura que el procesado se dirigió directamente hacia el puesto de hamburguesas, donde se encontraban el hombre al que había agredido y su padre. "Apuntó su escopeta hacia ellos con intención de acabar con su vida o, al menos, representándose la alta posibilidad de que ello ocurriese, y disparó un cartucho de perdigones a corta distancia que alcanzó en pleno abdomen a una de las víctimas", afirma el representante del Ministerio público en su informe. El hijo del afectado corrió campo a través y, aunque también le disparó, no logró herirlo.

El perjudicado necesitó ser intervenido quirúrgicamente y permaneció hospitalizado 11 días. Además, sufre numerosas secuelas, por lo que deberá someterse a más operaciones. El imputado permaneció un año en prisión provisional, de la que salió tras pagar una fianza de 10.000 euros. La Fiscalía también reclama al tribunal que le imponga la prohibición de acercarse a las víctimas durante 22 años.