La Audiencia Provincial ha condenado a seis años de prisión a un hombre que disparó con una escopeta a dos vendedores ambulantes en una fiesta en Cabana de Bergantiños. La sección primera de la Audiencia tenía previsto acoger entre ayer y mañana el proceso contra este hombre, para el que la Fiscalía solicitaba 17 años de cárcel, aunque el acusado, el fiscal y la acusación particular llegaron a un acuerdo.

El acusado reconoció haber disparado con una escopeta a dos vendedores ambulantes de hamburguesas y fue condenado por dos delitos de intento de homicidio y uno de tenencia ilícita de armas a seis años de prisión. Por el primero estará cuatro años y dos meses en la cárcel; por el segundo, un año y cuatro meses; y por el tercero, seis meses. Además, tendrá que abonar 160 euros de multa tras haber pagado 43.500 euros antes del juicio con el objetivo de conseguir la reparación del daño causado.

El fiscal reconoce tras el acuerdo, además de la atenuante de reparación del daño, la limitación de las capacidades volitivas del condenado, que padecía en agosto de 2013, cuando ocurrieron los hechos, un trastorno paranoide. Retira de su acusación la agravante de abuso de superioridad y queda pendiente que el encausado abone los gastos que ocasionó al Servicio Galego de Saúde, por la atención durante meses a la víctima más grave.

El 1 de agosto de 2013, durante la fiesta de San Fins de Castro, el procesado discutió con una mujer y llamó la atención del regente del puesto de hamburguesas, lo que molestó al acusado, que le preguntó qué miraba. El condenado propinó un puñetazo en la cara a este vendedor, que se defendió hasta que su padre y otras personas que se encontraban en el lugar consiguieron separar al procesado del agredido, que sufrió varias contusiones en la mano, la barbilla y ambos costados.

El agresor abandonó el campo de la fiesta amenazando a los allí presentes con que "los iba a matar" y dos horas después regresó con una escopeta semiautomática de repetición, para la que carecía de la obligatoria licencia, cargada con cartuchos de perdigones.

Al regresar se dirigió al puesto de hamburguesas, donde encontró a padre e hijo, a los que apuntó y seguidamente disparó a corta distancia, alcanzando en pleno abdomen al progenitor, en cuyo cuerpo se encontraron más de cincuenta perdigones. El acusado apuntó después al hijo, al que disparó al menos en otra ocasión sin alcanzarlo.