Volvió con Marea la recepción institucional por Navidad en el Palacio de María Pita, pero tuvo poco o nada que ver con las que organizaban el PSOE y el bipartito cuando gobernaban, con cientos de personas sentadas escuchando hablar al alcalde y degustando variedades de bebidas y canapés tras el discurso. Ayer los invitados solo podían beber agua o sidra en vasos de plástico y llevarse a la boca tres variedades de dulces. Ediles del PP criticaron en las redes sociales ese gasto en aperitivos e incluso censuraron que volvieran los canapés, cuando, en realidad, no se sirvieron. Censuraron el aperitivo, pero también se lo comieron.