Hay historias de superación que esquivan todas las rivalidades. Como la de Álex López, un niño de siete años que juega en el equipo micro del Liceo y que tras cinco operaciones para corregir los problemas físicos con los que nació -una fisura palatina y los pies zambos- consiguió su sueño de calzarse los patines y jugar al hockey. Su lucha y su constancia han conmovido al técnico del primer equipo del club rival por excelencia del Liceo, el Barcelona. Ricard Muñoz llamó estos días por teléfono al propio Álex, al que felicitó por su esfuerzo y animó a seguir jugando a su deporte favorito. Muñoz le dijo al niño que cuando su equipo visite al Liceo quiere conocerlo.