La Autoridad Portuaria ha completado las obras de reforma del sistema de atraque de los barcos en el pantalán número 4, en el que opera la compañía petrolera Repsol. Los trabajos se iniciaron tras detectar, después de varias inspecciones, deficiencias en lo que se conoce como duques de alba, unas estructuras externas, similares a unos pilotes, que ayudan al estacionamiento de los buques.

La obra se inició en abril del año pasado y no fue hasta diciembre que se firmó la recepción final, después de haber realizado una inversión de 986.000 euros, incluyendo el IVA. En agosto se firmó un acta de recepción inicial y, desde septiembre, el pantalán ya pudo ser utilizado por buques mayores a 169 metros de eslora. Actualmente, Repsol opera en esta instalación con normalidad.

La correcta reparación de estas estructuras externas se confirma, según el Puerto, con la supervisión realizada por una empresa contratada por el ente público para elaborar los estudios técnicos e informes finales de la infraestructura rehabilitada. Este trabajo cuesta a la Autoridad Portuaria 14.520 euros.

El Puerto asegura que el mal estado de estos duques de alba, ahora rehabilitados, no tuvo ningún tipo de relación con los altos valores de hidrocarburos en la ría de A Coruña, que obligaron en marzo del pasado año a cerrar al marisqueo el estuario de O Burgo en dos ocasiones. "No tiene que ver el buque de alba con los trabajos de carga y descarga de los productos petrolíferos", recalcan fuentes de la Autoridad Portuaria. Repsol ya había negado por aquel entonces tener vinculación con estos elevados valores contaminantes, alegando que ninguno de los análisis realizados en el entorno de sus pantalanes mostraba "gota de hidrocarburos" en el agua.

La Consellería do Mar y la Autoridad Portuaria habían abierto una investigación para concretar el origen de estos vertidos, que finalmente se saldó sin resultados. La agrupación de mariscadores apuntaba a que se pudiese deber al mal estado de alguna tubería de una empresa. Según los análisis realizados, los niveles más altos estaban en las zonas de Mera y San Amaro.