El coruñés Rafael Mallo es batería del grupo Triángulo de Amor Bizarro, integrado por cuatro músicos de A Coruña y del Barbanza. El pasado viernes sacaron su último disco, Ave Discordia.

-En este disco el ritmo parece más acelerado que en los anteriores. ¿A qué responde?

-Tiramos hacia los dos lados. En Ave Discordia tenemos algunas de nuestras canciones más rápidas, que se aproximan más a cómo tocamos en directo, y algunas de las más lentas. Hay dos o tres temas en los que estoy al límite de mis fuerzas. Pero esto tampoco responde a querer reflejar el directo; en cada disco vamos subiendo la velocidad, y lo que al resto le suena muy rápido a nosotros nos suena normal.

-¿Cuál es el peso de la batería?

-La batería y el bajo son la piedra fundamental del grupo, y en ellos reside toda la fuerza. En este disco le dedicamos mucho tiempo a hacer que la batería sonase muy bien, y creo que lo conseguimos. Ave Discordia ha sido el disco en el que más nos hemos sentado a hacer las canciones, y, a pensar cómo deberían sonar cuando las grabamos. Hicimos el disco en el Estudio Uno de Madrid, nunca habíamos tenido la oportunidad de grabar en una sala como esa, y hemos podido conjugar medios y tiempo para buscar realmente el sonido que necesitábamos de cada instrumento. También es mérito del productor, Carlos Hernández.

-Hablando de tiempo, ¿es cierto que grabaron el disco Año Santo

-(Ríe) Sí, sí. Ese lo grabamos en El Puerto de Santa María, fue justo cuando entré yo en la banda. Mira, en ese disco sí que intentamos reflejar cómo era el grupo, su esencia de tocar en directo. De álbum en álbum va cambiando el planteamiento, y cómo afrontas el disco.

-¿Y cuál es el planteamiento de Ave Discordia

-Es complicado decirlo, tocamos varios palos. El punto de partida suele ser buscar algo diferente a lo que hacías en el disco anterior.

-Este disco es el primero en el que repiten formación. ¿El grupo ya se ha estabilizado?

-Sí, ahora nos sentimos muy cómodos con cómo estamos.

-En el disco hay muchas referencias al mundo antiguo, con temas como Baila Sumeria

-En el disco hay muchas alusiones al discordianismo, una suerte de movimiento religioso ficticio. Fue creado por dos hombres que también tienen una parte oscura en su historia, relacionada con el asesinado de Kennedy? Descubrimos la historia cuando este álbum se estaba gestando y ayudó a amalgamar la imaginería del disco. En cuanto a las referencias clásicas, siempre nos ha gustado la estética del mundo antiguo, aunque quizás no estaba tan presente en otros discos.

-Antes del disco estuvieron de gira por Estados Unidos, y visitan habitualmente Latinoamérica.

-En Latinoamérica siempre tenemos una acogida buenísima, México es como nuestra segunda casa. En la última visita aprovechamos para ir a Tijuana, y muy bien. La gira de Estados Unidos fue, para mí, la más diferente. Te encuentras con gran cantidad de hijos o nietos de hispanohablantes, muy permeables a la música en español, y a la gente no le resulta tan extraño como podría parecer hacer rock and roll en castellano. Tuvimos muchísimo público. Y público muy joven, en el que veías que había una retroalimentación entre la gente que hace música y la que la escucha.

-¿Son más profetas fuera de Galicia que en su tierra?

-Tocamos más fuera. Falta público y, en algunas urbes, sitios donde tocar. No es un mal solo de Galicia pero aquí lo ves porque es tu tierra. Cuando iba a los conciertos solo como público siempre éramos los mismos, y no éramos muchos, y eso no ha cambiado demasiado. No es tanto problema para un grupo como nosotros, que salimos con facilidad y tenemos un público, sino para la gente que quiere montar una banda.