Los muebles, cuadros y figuras que antaño decoraban viviendas de lujo se amontonan en una nave del área metropolitana de A Coruña cubiertas por plásticos. La mayoría llevan años en un lugar en el que no deberían estar. Esperan a que los juzgados que instruyen los procesos contra los que eran sus dueños terminen las investigaciones y autoricen su subasta. Entretanto, sufren el paso del tiempo y pierden valor. Obras de pintores como Martínez Vázquez, Laxeiro, José Lodeiro o José Frau llevan más de siete años amontonadas en un cuartucho de unos 15 metros cuadrados, al mismo al que fueron a parar en 2012 los cuadros del empresario lucense Jorge Dorribo.

El Colegio de Procuradores de A Coruña se encarga de su depósito, pero sin una orden judicial no puede hacer más que vigilarlos e intentar que se deterioren lo menos posible. Una ley aprobada recientemente permite subastarlos en cuanto son decomisados. Por ello, la entidad colegial coruñesa, en colaboración con la Fundación Galega contra o Narcotráfico y la Xunta, acaba de poner en marcha un servicio que tiene como objetivo que los bienes permanezcan el menor tiempo posible en su almacén. Los procuradores, siempre bajo requerimiento judicial, se encargarán de trasladarlos a su depósito, tasarlos y subastarlos con la mayor brevedad posible. Así, se evita que se devalúen y que la administración pague durante años por su almacenamiento. El pasado viernes una grúa accedía a la nave del área metropolitana para recoger tres coches que envejecieron en el recinto. Su destino, tras años generando gastos, era el desguace. En las instalaciones permanece la pinacoteca del narcotraficante vigués conocido como El Culebras, mobiliario, esculturas y piezas de decoración de Dorribo y vehículos de lujo como un Porsche con asientos de cuero y teléfono dentro que dejó de circular hace años.