La madre acusada de haber dejado ciego y epiléptico a su bebé ha negado hoy durante la vista que juzga este caso que el pequeño hubiera recibido algún golpe y ha dicho que la epilepsia es genética en su familia.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña acoge el proceso contra los padres de un bebé que nació en 2011 y para los que la Fiscalía pide 24 años de prisión.

Sostiene el Ministerio Público que presuntamente le dieron un golpe y lo zarandearon antes de que cumpliese un año de vida, por lo que tiene una disminución de fuerza o parálisis en el lado derecho de su cuerpo, sufre una ceguera bilateral completa, padece epilepsia secundaria y retraso del desarrollo psicomotor.

Los procesados, que ahora están divorciados y él tiene una orden de alejamiento respecto de ella por una denuncia de violencia machista todavía en trámite, vivían cerca de A Gaiteira, en el centro de A Coruña, cuando ocurrieron los supuestos hechos.

La acusada ha asegurado que el pequeño "tenía reflujos" y "vomitaba mucho", pero no padecía ningún otro problema de salud antes de su ingreso en el hospital del 6 de enero de 2012.

"Salí de la ducha y vi que estaba rígido con los ojos volteados", ha comentado sobre el día en que llevaron al bebé al hospital y se descubrió todo lo que padecía.

La madre, que reconoce que necesitó asistencia psiquiátrica por un problema para afrontar situaciones límite, ha asegurado que el niño "nunca" se cayó ni se golpeó, ni siquiera vio ningún "signo externo" de que esto pudiera haber pasado.

Consultada por un posible zarandeo del pequeño, que los médicos vinculan a la ceguera, ha dicho que no existió, aunque ha apuntado a un masaje "típico de Senegal" que le hacía su exmarido, que tiene la nacionalidad de ese país, pero descarta su relación con los hechos.