El empresario y presidente vecinal Gerardo Crespo todavía no se creía ayer que no le hubiese pasado "casi nada" al ser atropellado el jueves a las 19.40 horas en la confluencia de la calle San Andrés con la plaza de Pontevedra. "¡Gracias a Dios y a mi ángel custodio me salvé cuando fui atropellado!", exclama, al tiempo que reconoce que se llevó un "susto tremendo" y agradece a las personas que contactaron con él para interesarse por su estado. "Me quiere mucha gente muy bien. Las llamadas que recibí han sido de no poder coger el teléfono y ayer en urgencias tuvieron que apagarme el móvil porque no paraba de sonar", asegura el empresario coruñés investigado en la operación Zeta. Crespo admite que cruzó "por error" cuando el semáforo estaba en rojo. Así, explica que en uno de los carriles de San Andrés los coches estaban "parados porque había atasco" y que "todo el mundo" cruzaba la calle. "Fui detrás de la gente y no me di cuenta de que en el otro carril no había tráfico y que venían coches", relata. "Estaba solo, pero en dos minutos tenía encima cuatro o cinco caras conocidas. En ese aspecto fue genial", indica.