Después de soportar días y días de lluvia en A Coruña, la hinchada blanquiazul se desplazó en masa a Sevilla para ver a su equipo contra el club de Nervión. Pero la hora del partido, las cuatro de la tarde, y la alta temperatura fue demasiado para personas poco acostumbradas a tanto sol. En el descanso hubo huida generalizada a la sombra que daba la parte inferior de las gradas, ante la sorpresa del público local, que llevaba el calor con comodidad.