Los jardines de Méndez Núñez pudieron ser Bien de Interés Cultural (BIC) durante, al menos, veinte meses. Ese es el plazo que se da la Xunta para decidir si esa es la protección que necesita un enclave para el que alguien lo haya solicitado o es suficiente con otra inferior. En junio de 2014, con Carlos Negreira en la Alcaldía, la Xunta cerró un expediente que había abierto a petición del regidor municipal cuando ostentaba el cargo de líder de la oposición. Un destino bien distinto corrió el fresco de Urbano Lugrís.

La abogada de la asociación O Mural, la entidad impulsora de la protección del patrimonio del dibujante en la ciudad, Ana Badía del Río, explica que el fresco de Lugrís de la antigua cafetería Vecchio y los jardines de Méndez Núñez no parten de la misma situación en su carrera hacia ser considerados BIC porque el Concello no quiso. Y es que, si bien el mural de la calle Real está incluido en el Plan Especial de Protección y reforma Interior de la Ciudad Vieja y Pescadería (Pepri), los jardines de Méndez Núñez no cuentan con esa distinción y es el Ayuntamiento el que tiene potestad para designar los elementos a proteger en este documento.

Para Badía del Río, uno de los puntos que diferencian las dos trayectorias, la del mural de Lugrís y la de los jardines de Méndez Núñez, es que, ante el silencio de la Xunta sobre la apertura de un expediente para estudiar el caso del fresco, la asociación presentó un recurso ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). "En el mes de junio de 2013 presentamos la solicitud y estuvimos atentos para que no prescribiese la acción judicial", comenta la abogada de la asociación.

"Desde la Xunta obviaron todos los trámites legales y dejaron pasar el tiempo para ver si la asociación abandonaba su empeño", explica Badía del Río. Eso no fue, sin embargo, lo que pasó, ya que la entidad demandó a la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta ante el TSXG. Entonces, "se aceleraron los trámites".

"En una maniobra poco leal con una asociación que solo quería que se aplicara una ley, intentaron por todos los medios suspender el procedimiento, para evitar que la asociación recuperara parte de los gastos", comenta la abogada y asegura que todavía siguen en esa lucha.

"Si el Concello en 2007 hiciera no que nosotros hicimos, los jardines hubieran gozado, por lo menos durante veinte meses, de la protección cautelar como bienes de interés cultural y, con un poco de esfuerzo, hoy también serían BIC", explica la abogada. Para el mural de Lugrís falta la resolución definitiva.

El arquitecto José Ramón Soraluce, que es miembro de la Comisión Provincial de Patrimonio, llama a la calma a la hora de hablar de declaraciones BIC. Sobre el caso de los jardines de Méndez Núñez, dice que existen muchas otras maneras de proteger el patrimonio más allá del Bien de Interés Cultural, que es una "categoría suprema". Y comenta que una declaración así supondría que se redactasen informes para cualquier actuación que ahora se hace de manera rutinaria, como talar un árbol o cambiar el pavimento.

El motivo por el que se empezó a hablar de la declaración BIC de los jardines de Méndez Núñez fue por los daños que, fin de semana tras fin de semana, sufría por los efectos del botellón. En la actualidad, se siguen celebrando reuniones masivas de jóvenes para beber alcohol en este enclave.