El Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicó ayer en su totalidad el decreto del Concello que establece la regulación del aparcamiento en la Ciudad Vieja, lo que permitirá imponer sanciones a los vehículos de conductores que no residen o desarrollan su actividad comercial en este barrio. El anterior Gobierno local puso en marcha la prohibición de estacionar en el casco antiguo el pasado verano, para lo que publicó solo una parte del decreto en el BOP el 14 de agosto y comenzó a aplicarlo cuatro días más tarde.

Con esa normativa, tan solo los vehículos que disponen de una tarjeta expedida por el Ayuntamiento pueden aparcar en la Ciudad Vieja, lo que llevó a que el 8 de octubre de ese mismo año un conductor fuera sancionado por no contar con ella. El afectado, propietario de un comercio en el barrio, explicó que no había recibido la tarjeta y que llevaba cuarenta años de actividad en el barrio, pese a lo cual le fue impuesta la multa.

Al recurrir a los tribunales, un juzgado decidió anular la sanción al estimar que el decreto municipal no había sido publicado de forma íntegra, argumento que había esgrimido su defensa. "Tiene razón el actor de que el decreto tenía que haber publicado el decreto completo", señaló la sentencia, que aludió a la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas. También mencionó el fallo judicial que el conductor multado "no ha estacionado en lugar prohibido" porque la Ley de Tráfico no incluye la infracción por aparcar en zonas de residentes, por lo que estimó que su actuación fue "incorrectamente tipificada".

"Es un ejemplo más de buena gestión del Partido Popular, que saca normativas y no se publican o no se pueden cumplir", declaró en tono irónico el alcalde, Xulio Ferreiro, al conocer la anulación de esta multa. A pesar de que con esa sentencia sería posible invalidar todas las sanciones impuestas por la Policía Local a quienes aparcasen en la Ciudad Vieja sin autorización, el regidor advirtió que la normativa continuaría aplicándose y que el decreto sería publicado en su integridad para acabar con esta laguna legal, lo que finalmente se llevó a cabo ayer.

El decreto enumera todas las calles del barrio afectadas por esta regulación y detalla que solo estarán autorizados para estacionar los vecinos empadronados en las mismas y los propietarios de establecimientos que acrediten la necesidad de efectuar carga y descarga de mercancías. Esta normativa suscita las quejas de los vecinos de la Ciudad Vieja que residen en las calles periféricas del barrio -paseos de la Dársena y de O Parrote y calle Maestranza-, ya que aseguran que sufren los mismos problemas para aparcar que quienes viven en las calles interiores pero no disponen de autorización para dejar sus vehículos en la zona.