La noche de San Juan empieza, para muchas pandillas, una semana o un mes antes, con la preparación del menú y el acopio de madera. Las playas de Riazor y Orzán se llenaron ayer de jóvenes que, cual concentración parcelaria, marcaban cuál había de ser su espacio durante la noche. Algunos bajaron a las siete de la mañana, en el "primer turno", no fueron los más madrugadores, otros habían corrido más, y se afanaron en ocupar las partes más cercanas al muro y a las escaleras.

Una vez delimitado el espacio, vino la espera, el avituallamiento, el tener que poner plásticos para resguardarse de la lluvia, y evitar que se mojasen los palés, el empezar a hacer la hoguera y ponerse a la fila para que los voluntarios del Concello repartiesen las 140 toneladas de madera que ardieron por la noche. Los hubo ayer que decidieron tomar la siesta a las siete de la tarde, ya en la playa, para evitar que les venciese Morfeo antes de prenderle fuego a los troncos y, sobre todo, de gritar "Meigas fóra", como un conjuro que alarga su protección hasta el próximo solsticio de verano.

Y los hubo que se las ingeniaron para que todo estuviese a punto y lo más cómodo posible para cuando llegasen los refuerzos, así que hicieron agujeros en la arena para enterrar las bebidas y montaron casetas para resguardarse del sol que, en contadas ocasiones, se dejaba ver.

La noche de San Juan se trasladó a las calles de los barrios, que sobre las ocho de la tarde empezaron a oler a sardinas, a carbón, a churrasco y a chorizo criollo. Hubo música en algunas zonas y también espectáculos para los más pequeños. Pasadas las ocho de la tarde, el servicio de emergencias realizó un simulacro para sacar del agua a tres supuestos bañistas que estaban celebrando el San Juan desde una embarcación y que, tras desoír las órdenes del dispositivo de seguridad, sufrían una explosión en su barca. Estaba prevista la participación del Helimer que, finalmente, abortó su intervención porque en el momento del simulacro había tanta niebla que iba a cerrar Alvedro y tuvo que regresar.

El alcalde, Xulio Ferreiro, visitó ayer el puesto de coordinación de seguridad para asistir al simulacro. El Concello preveía ayer una participación superior a la del año pasado en San Juan, que se cifró en unas 150.000 personas en las playas y 300.000 en toda la ciudad. "Esperamos que sea una noche de mucha fiesta y que no haya ninguna novedad negativa", dijo el regidor municipal , que hizo hincapié en la campaña Móllate para no dejar desperdicios en la playa.