Los trabajos de rehabilitación del embarcadero de San Antón se acabarán a finales de la próxima semana. El plazo de ejecución marcaba su remate para mediados de mayo, pero la obra se demoró porque estuvo paralizada durante el mes de junio. La remodelación del embarcadero se paró porque el proyecto no había registrado algunos de los desprendimientos sufridos por la estructura durante los temporales del invierno de 2014, según explica el Gobierno local.

Después de haber identificado en qué lugar se habían producido los desperfectos y dónde estaban las piezas que faltaban del embarcadero, la Dirección Xeral de Patrimonio dio su visto bueno a que continuasen los trabajos de puesta en marcha del antiguo embarcadero, que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). Los trabajos, que requieren desmontar la dársena pieza a pieza y volver a montarla de nuevo, están supervisados arqueológicamente y tienen la particularidad de que los operarios dependen de las mareas para ejecutar las reparaciones. El embarcadero sufrió una reforma en 1776, de mano del ingeniero militar Antonio López Sopeña.

El castillo, actualmente, mantiene casi la misma apariencia que entonces, cuando Sopeña ejecutó su intervención.