La labor de la Policía Local en la zona de la Marina restringida al tráfico desde abril no se limita a indicar a los conductores dispuestos a entrar en el tramo entre Correos y el jardín de San Carlos que no pueden acceder y qué alternativas de conducción tienen, también consiste en hacer controles de velocidad a los vehículos que sí pueden pasar por la zona: autobuses, taxis, los de los residentes y los de carga y descarga a determinadas horas. El límite de velocidad permitido es de 20 kilómetros por hora. Ayer una patrulla realizaba estos controles junto a la parada del bus de Puerta Real, aunque a coches que no eran del transporte público.