La asociación Stop Accidentes desarrollará este sábado en A Coruña su campaña Ve, vuelve y vive, con la que pretende concienciar a los conductores sobre la seguridad vial. El lugar escogido para esta iniciativa es la avenida de Alfonso Molina, en la gasolinera situada a la altura del núcleo de Elviña, a partir de las 11.30 horas. Esta cita coincide con la operación salida del verano, una fecha en la que cada año se repiten numerosos accidentes de tráfico.

La elección de Alfonso Molina se debe a que la avenida es la principal entrada y salida de la ciudad. "Muchos conductores pasan por ahí y realizan la primera parada en esta estación de servicio. Es la gasolinera por la que pasan más conductores", afirma la delegada en Galicia de la Asociación de Ayuda y Orientación a los Afectados por Accidentes de Tráfico, Jeanne Picard.

Voluntarios de Stop Accidentes, fundamentalmente familiares de víctimas fallecidas en un accidente de tráfico, se situarán en la gasolinera para informar a los automovilistas de la importancia de extremar la seguridad al volante. Repartirán marcapáginas con las diez principales recomendaciones de seguridad vial y entregarán cuentos para los más niños, con la intención de concienciar desde las edades más tempranas. Al copiloto del automóvil le proporcionarán un caramelo "para calmar el tráfico" por si en algún momento el conductor necesita tomarse algo para relajarse. A quien vaya al volante se le propondrá responder a una encuesta sobre los principales factores de riesgo en los viajes de larga distancia.

La presencia de familiares de víctimas de accidentes de tráfico, según la asociación, favorece la transmisión de un mensaje real acerca de las consecuencias que tiene la pérdida de seres queridos en la carretera. Jeanne Picard asegura que esta campaña de concienciación para "calmar el tráfico", que se repetirá en otras ciudades de España, tiene como objetivo principal "recordar y dar a conocer las medidas de seguridad necesarias para salvar la vida de todos".

La iniciativa coincide con la aprobación del proyecto de reforma de Alfonso Molina, pactado entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento y que financiará la concesionaria de la AP-9 a cambio de un incremento anual de los peajes de un 1,5% anual en los próximos 20 años, una subida añadida a las revisiones ordinarias de tarifa. Junto a la ampliación de carriles, el proyecto recoge medidas para evitar cambios peligrosos de carril y una reducción de la velocidad máxima de 80 a 70 kilómetros por hora.

"Alfonso Molina es un bulevar, una avenida muy transitada por universitarios, residentes o gente que va a comprar a comercios de la zona y tiene un continuo tráfico de buses y automóviles de todo tipo. La reforma imprescindible tiene que ser la reducción de la velocidad, que día a día perjudica a todos estos implicados", argumenta Jeanne Picard.