El Ayuntamiento encadenó en julio pasado cuatro meses sin cumplir el periodo de pago medio a proveedores, que la ley fija en 30 días como máximo. Después de haberse acercado por menos de un día a ese límite en junio (30,76 días), un mes después se retrasó algo más, 35,46 días.

El último incumplimiento con sus principales abastecedores se acerca al obtenido en los meses de abril y mayo, 35,06 y 33,32 días, respectivamente, marcas que pusieron fin a la tendencia positiva que se había registrado en el primer trimestre del año.

De julio a diciembre del año pasado fue un periodo en el que el Concello llegó a superar la tardanza por encima de los 48 días. El máximo tiempo que empleó en pagar a sus proveedores fue el del mes de noviembre, 48,69 días; en diciembre bajó a 41,63 y a partir de enero lo rebajó a 24 y 15 días, mientras que en marzo subió a 27 aunque todavía por debajo del plazo máximo marcado por la ley, antes de volver a incumplir la exigencia.