El Museo de la Automoción e Historia que un día de septiembre de 2009 anunció el alcalde socialista Javier Losada con la trascendencia que le caracterizaba al exponer grandes proyectos es hoy un sueño frustrado, un plan anulado dos gobiernos locales después que todavía deja huellas sin resolver desveladas por el curso de acciones judiciales.

El museo, concebido como una "opción de ocio cultural familiar" que iba a incluir una espectacular colección de cerca de 300 coches históricos propiedad de la Fundación Jorge Jove, nunca se llegó a construir en el lugar previsto, el parque de Bens, ni en ningún otro. Casi siete años después de que Losada firmase un convenio con la entidad para su creación y uno y medio después de que el alcalde popular Carlos Negreira le cediese 107.000 metros cuadrados de suelo municipal, la fundación ha interpuesto un recurso ante un juzgado de lo contencioso-administrativo de A Coruña por la concesión de una subvención de la Diputación Provincial para financiar el Museo de la Automoción.

Se desconoce el contenido de esa demanda -ninguna parte se lo ha explicado a este periódico-, que alude no obstante a un proyecto sobre el que el Ejecutivo de Marea no se ha pronunciado en absoluto después de haberlo anulado en junio de 2015 en una de sus primeras acciones de gobierno.

Con aquella decisión del equipo de Xulio Ferreiro quedó de momento enterrado el ambicioso deseo del presidente de la Fundación Jorge Jove, Ángel Jove González, quien en febrero del año pasado, a tres meses de las elecciones municipales, explicaba con detalles cómo sería el museo justo tras haber obtenido formalmente del Gobierno del PP la cesión del terreno en Bens, unas características ya previstas desde 2009.

Una imagen virtual difundida entonces permitía hacerse una idea de lo que encerrarían los muros de dos bloques de las instalaciones, uno para el museo y otro para áreas complementarias. La superficie expositiva sería de 27.000 metros cuadrados repartidos en seis plantas para reunir la colección de más de 300 vehículos de la familia Jove: coches, motos y camiones privados y militares, sanitarios, de pasajeros, de mercancías y de emergencias fabricados y utilizados entre finales del siglo XIX y la actualidad. El año pasado se preveía levantar esta parte del museo en 2016.

El resto del complejo dedicaría espacio para distintas dependencias: un centro de documentación con numerosos fondos de interés histórico; obras de arte, literatura y objetos relacionados con la automoción; un área de restauración de motocicletas y automóviles; una zona de investigación, didáctica, actividades y ocio; y hasta un circuito por el que transitarían los vehículos expuestos.

"Un lugar que pretende ser un referente en Europa y el mejor a nivel mundial", pronosticaba Javier Losada en 2009, cuando la firma del convenio. "El museo se convertirá en un centro de peregrinación", auguraba Carlos Negreira seis años después al ceder el suelo en el parque de Bens. El Gobierno local de Xulio Ferreiro rechazó la construcción en zona verde, pero no en otra ubicación, aunque nadie en la Corporación ha vuelto a referirse a este museo desde hace más de un año.