El desprendimiento de cascotes de pequeño tamaño de la fachada del edificio número 15-17 del Cantón Pequeño, que no llegaron a alcanzar a los viandantes, obligó ayer por la tarde a intervenir a una dotación de los bomberos, quienes inspeccionaron el inmueble para comprobar que no había riesgo de caída de otros fragmentos a la vía pública. Los operarios municipales tuvieron que hacer uso de un vehículo con brazo telescópico para revisar la fachada del inmueble, en el que se encuentra la oficina principal de la ciudad del Banco Santander. Esta intervención hizo precisa la colaboración de la Policía Local, ya que el camión de los bomberos ocupó uno de los carriles de la circulación del Cantón Pequeño durante su actuación.