Pablo Castro, de A Coruña, e Isabel Perales, de Murcia, son los propietarios de Sweet Place desde hace cinco años. Empezaron en la calle Federico Tapia, pero en seguida surgió la ambición de ampliar las instalaciones y empezaron a buscar un local en el centro. "Nos costó dos años abrir este local, encontrar uno en el centro, bien ubicado", recuerda Isabel Perales sobre la apertura en Riego de Agua. Pero la extraña enfermedad que sufre Pablo Castro se ha interpuesto en su sueño empresarial.

Hace siete años, le diagnosticaron Neuro-Behçet, una dolencia rara que le genera trombos. Los problemas pequeños del día a día le provocan pequeñas heridas en la boca, pero cuando el estrés es mayor, puede acabar con un infarto o un trombo en el cerebro o pulmones. Esta es la razón de su decisión de traspasar el local pese a su éxito, ya que aunque no hay un medicamento para su enfermedad, los médicos le aconsejan evitar el estrés. "Es una enfermedad rarísima, con lo cual no hay medios para investigarla, no hay medios para tratarla? Prueban cosas con él, a ver si funcionan, pero no funcionan. Lo que sí saben seguro que le puede funcionar es llevar una vida un poquito más tranquila, no en un negocio propio en el centro, que genera mucho estrés", detalla Isabel Perales:

Sus clientes no han dudado en mandar mensajes de ánimo al conocer la noticia, muchos de ellos a través de las redes sociales y otros acudiendo al local. Isabel Perales cuenta que algunos clientes, incluso llorando, se han ido a verles para darles ánimos en su nueva etapa. Antes de abrir su negocio, ambos se habían dedicado a la hostelería y a la atención al cliente, y sentían que al local le hacía falta una zona de cafetería. "Nos dio mucha vida, porque no es lo mismo vender solo el producto que tener espacio para que la gente lo tome". Las redes sociales, el boca a boca de hoy en día, fueron el otro factor que les ayudó a llegar a donde están hoy.

Al marchar tan bien el negocio de Riego de Agua, llegaron a plantearse la apertura de un segundo local. "Teníamos cositas miradas, uno en Riazor, pero teníamos que andar con cuidado porque por la enfermedad de Pablo, hay que hilar muy bien, tratar de no meterse en un crédito que nos sobrepase un poquito, porque si da un susto...", explica Isabel Perales, que relata cómo Pablo Castro ya sufrió un infarto por un "susto grande" cuando estaban en el local de Federico Tapia.

Sus planes de futuro cuando acuerden el traspaso comenzarán por un descanso para "resituarse", como dice la propietaria del establecimiento. Después, ella seguirá trabajando en hostelería, pero por cuenta ajena, al igual que él, que buscará "sobre todo que no sea en el centro, que genera mucho trabajo. Es muy bueno, pero para alguien que tenga este problema no es recomendable", explica Isabel Perales. Hasta que el traspaso llegue, seguirán al frente de Sweet Place.