Los plenos de Arteixo a las nueve de la mañana suelen generar numerosos bostezos y caras largas entre los asistentes. Un hombre que se encontraba ayer en los asientos del público no pudo resistir al aburrimiento y acabó dormido en medio de la sesión mientras los concejales discutían. Los ronquidos de este hombre obligaron a detener durante unos pocos minutos el pleno después de que varios ediles del PP se percatasen de lo que ocurría. El policía que vigilaba la sesión tuvo que enfrentarse a una tarea poco habitual: la de despertar a este hombre que pretendía escapar de esta particular tortura.