-¿Afronta con nervios el rector el primer curso completo de su mandato?

-Hay cierta inquietud con los procesos administrativos de matrícula, pero ya he sido vicerrector de títulos y eso ayuda a encarar el curso con tranquilidad y esperando que no suceda nada raro.

-Con el listado de matriculaciones delante, ¿se advierten cambios de tendencia este curso?

-Hay titulaciones que continúan sufriendo los efectos de la crisis. Todas las que tienen que ver con la construcción sufren bajada de matrículas, y eso coincide con que la Universidad de A Coruña está especializada no solo en materias tecnológicas, sino dentro de estas en obras públicas, Caminos, Arquitectura, Arquitectura Técnica?

-Por el contrario, crecen?

-Ingenierías e Informática, que hace unos años bajaron, son ahora titulaciones con demanda alta. También Empresariales y todas las relacionadas con Educación.

-Al tomar posesión del cargo, resaltó la necesidad de que la UDC se abriese a la sociedad. ¿En qué etapa de este proceso se encuentra?

-En estos meses ha cambiado la percepción que las sociedades de A Coruña y Ferrol tienen sobre la Universidad. Determinados proyectos del campus de Ferrol y otros en colaboración con ayuntamientos y actividades de divulgación han ayudado a ello. Estamos en el inicio de este camino.

-¿Qué línea siguen los contactos con el Consello Social y el Concello de A Coruña para afianzar esa visualización?

-Las relaciones son fluidas con los concellos de A Coruña y Ferrol. Este año tenemos una cantidad importante de convenios de colaboración entre las dos instituciones que van desde el arreglo de la pista de atletismo en Elviña al apoyo a la Clínica Podológica. Con el presidente del Consello Social la relación es muy fructífera y en breve tiempo veremos resultados muy positivos. Y con la Diputación Provincial también, con quien acabamos de firmar un convenio para realizar actividades culturales enfocado en esa idea de abrir la Universidad a la sociedad.

-Con la Diputación se trabaja para abrir la residencia universitaria en el colegio Calvo Sotelo el curso que viene. ¿El programa de trabajo sigue las previsiones?

-Va con cierto retraso. Al meternos en temas de concursos y ofertas públicas inevitablemente hay retrasos. Pero lo más importante es que hay un compromiso firme y hace un año no había nada. Se van a licitar las obras, y ya sabemos que se sabe cuándo empiezan las obras pero no cuándo acaban. Universidad, Diputación y Concello en la parte que le corresponde trabajaremos para acortar los plazos lo máximo posible. Ojalá que la residencia esté abierta el curso que viene, ese es el horizonte. Pero si hay que retrasarla, no pasa nada.

-¿En qué se traducirán las inversiones tecnológicas que a comienzos de año dijo que representaban el gran reto de la UDC?

-Tenemos el reto de transformar la UDC en una universidad móvil. En este aspecto hay que adaptar nuestras infraestructuras a las nuevas demandas, a empezar a funcionar con aplicaciones en la nube, con aplicaciones móviles por las que discurra el sistema de trabajo de docentes y estudiantes. También necesitamos actuar en algunas infraestructuras físicas, como actualizar nuestra red wifi. Pero lo que más me preocupa es cambiar la forma de actuar dentro de la Universidad para que el funcionamiento digital y a través de aplicaciones móviles sea básico. Nuestro campus virtual va a ser accesible este curso mediante móvil. Toda la información también debería estar disponible en una aplicación.

-¿Hacia dónde apunta este curso la campaña de internacionalización de la UDC?

-Hemos tenido una política muy activa de convenios bilaterales con entidades para la movilidad de estudiantes y el año pasado batimos records. La International Summer School nos permite traer sobre 500 alumnos internacionales unas tres semanas. El reto es que el número de alumnos que realicen la titulación completa, bien de grado o de máster, se incremente. Para eso necesitamos tener campañas de información de nuestra actividad académica en foros internacionales a través de la relación con universidades o con presencia en ellos.

-Cada curso se insiste en la necesidad de atraer y retener talento docente.

-Tenemos que ser capaces de captar profesorado externo, y una vez captado, retenerlo. En este curso presentaremos algún proyecto con esta finalidad. La Unión Europea, a través del Consejo Europeo de Investigación, le ha concedido una beca de 1,5 millones de euros a uno de nuestros profesores, Carlos Gómez, la segunda que conseguimos. Para una universidad joven como la de A Coruña, disponer de personal con capacidad para optar a estas becas es muy importante. Eso nos da mucha visibilidad, ayuda a atraer profesores que quieran venir aquí a realizar su actividad investigadora o a incorporarse al plantel docente; hay que tener en cuenta que el Estado español logró el año pasado diez de estas becas, nada más.

-¿Qué vías sigue la Universidad en la captación de recursos para investigación?

-En cuanto al plan de financiación de la Xunta hasta 2020, tenemos los mismos reparos: necesita ser retocado en los criterios de reparto y los indicadores para que en realidad garantice la eficiencia y sostenibilidad de las tres universidades gallegas. Por otro lado estamos trabajando para que los grupos de investigación sean cada vez más competitivos porque la financiación, que estamos mejorando, es a través de grupos o unidades de especial relevancia. Y respecto a las transferencias estamos intentando establecer relaciones estables de investigación con distintas empresas para que generen un tejido constante de colaboración.

-¿Por qué cuestiona el plan autonómico de financiación?

-Tiene riesgos. En 2017, el segundo año, veremos su evolución. Debemos pararnos a pensar qué criterios sigue el reparto de fondos. No cuestionamos que haya un fondo estructural y otro de resultados, pero ambos deben interactuar. Si aumentamos el porcentaje que se reparte por resultados a costa de reducir la cuantía del fondo estructural, no conseguiremos el objetivo que se pretende. Eso debe discutirse con las distintas consellerías.

-¿La libertad que se le ha dado a los centros para fusionarse y reducir departamentos puede provocar diferencias entre unos y otros?

-Hace un año planteamos una reforma de centros, departamentos y servicios. Como consecuencia del rechazo a la fusión de centros y departamentos se inició una comisión de estudios que llegó a la conclusión de que era más interesante que se replanteara la estructura departamental de la Universidad. En el apartado de la mejora de la docencia, que está más relacionado directamente con los centros, vimos que las fusiones podrían causar problemas en las titulaciones, por lo que en ese punto se acordó que las reformas fueran voluntarias y acordadas por los centros, pero sin la presión de un programa con plazos. Lo que se acuerda en la comisión es la racionalización de los equipos directivos, con la que se consigue el aligeramiento del peso administrativo de los centros pero manteniéndose la estructura. Hay campos donde podemos avanzar, siempre con acuerdos y convencimientos de los centros para que mejore la situación desde el punto de vista docente e investigador.

-¿Cómo afecta a la UDC el estado de incertidumbre política estatal, sin pactos ni alternativos ni gobierno estable?

-Con cierta inquietud porque son necesarias reformas educativas que requieren un desarrollo normativo y que esperan decisiones gubernamentales. A mí me preocupa saber cómo serán las próximas pruebas de acceso a la universidad. Pero la Universidad ha demostrado que es una institución absolutamente estable que ha podido desarrollar su proceso electoral con tranquilidad y funcionar con normalidad. Esta es una virtud que la sociedad tiene que saber valorar.