Esta acuarela fue creada por Baldi en marzo de 1669 cuando acompañaba a Cosme III de Médicis en un viaje por la Península Ibérica. Ventureira, además de observar puntos comunes entre ambas obras, asegura que Lugrís pudo tener acceso a la pintura italiana a través de un libro editado en Madrid en 1933 compuesto por las obras creadas por Baldi en este viaje y no a través del original, que se encuentra en la Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia. A pesar de esta inspiración, todo el mural contiene elementos propios y característicos de la obra de Lugrís.