El día de ayer contó con escasos avances en las negociaciones para clarificar el nuevo marco de relaciones entre el Gobierno local y el PSOE. El alcalde, Xulio Ferreiro, y el portavoz de los socialistas, José Manuel Dapena, habían concertado una reunión para por la tarde que finalmente se desconvocó a última hora por "motivos personales". El objetivo era perfilar qué fórmula es la más adecuada para promover el entendimiento entre ambas partes y resolver los problemas de gobernabilidad del último año.

Tras la cancelación del encuentro, la única vía por la que Marea y PSOE acercaron posturas fue la Comisión para la reforma del Reglamento Orgánico de Participación Ciudadana, que se reunió por la tarde. La edil de Participación e Innovación Democrática, Claudia Delso, ensalzó la "buena disposición" mostrada por los grupos de la oposición a la hora de modificar este documento "contando de forma directa con la sociedad civil". "El resto de grupos se comprometieron a entregar en breve sus aportaciones sobre la composición y el funcionamiento del Comité Técnico de Planificación Ciudadana", remarcó Claudia Delso.

En el horizonte de todas estas conversaciones se encuentran las conversaciones entre Gobierno y PSOE. En los últimos meses, los socialistas pusieron sobre la mesa, aunque sin mencionarlo directamente, la posibilidad de entrar en un Gobierno de coalición con la Marea Atlántica. Con palabras ambiguas como "repensar la relación" o adentrarse en un "periodo de reflexión" abrieron la puerta a una fórmula que no gusta al equipo del alcalde.

Ferreiro planteó como alternativa la creación de una comisión de seguimiento de los acuerdos entre socialistas y Ejecutivo, a través de la que se diese visibilidad a las propuestas del PSOE, pero que vetase su entrada en las concejalías. En caso de que no quedase otra alternativa que formar un Gobierno de coalición, el regidor ya ha trazado las que serán sus líneas rojas para aceptar: aprobar la modificación del presupuesto de 2016 que todavía está pendiente, la aprobación en tiempo del presupuesto de 2017 y la aprobación de un nuevo sistema de ordenanzas fiscales en el que se rebajen ciertos impuestos y tasas, estableciendo en algunas de ellas, como la de la basura, descuentos para las rentas más bajas.

Marea y socialistas buscan una catarsis en sus relaciones después de las elecciones autonómicas del 25 de septiembre, con la esperanza de que la ausencia de procesos electorales en el medio plazo evite retrasos en la negociación del presupuesto y de un hipotético pacto de Gobierno bipartito. Sin embargo, la sombra de unas terceras elecciones al Congreso amenaza con romper con este clima, especialmente ahora que el espacio de las mareas y Unidos Podemos aspira a hacerse con el electorado de un PSOE roto en dos.