Los mariscadores de la ría de O Burgo volvieron ayer al trabajo después de dos meses de parón, por la presencia de toxinas lipofílicas en los moluscos. No fue una buena jornada en cuanto a capturas, ya que los mariscadores no consiguieron acercarse al tope máximo de extracción por trabajador y día, que es de siete kilos de almeja -en cada una de sus tres variedades- y diez kilos de berberecho. En total, los más de cincuenta mariscadores que ayer bajaron al estuario reunieron 16 kilos de almeja extra -una cantidad que podrían haber extraído tres trabajadores si estuviese en un buen nivel productivo-.

"Los que nos ayudaron un poco fueron los precios", explicaba ayer el portavoz de la Agrupación de Mariscadores a Pie de la ría de O Burgo, Manuel Baldomir. Y es que la almeja extra se pagó a 22 euros el kilo; los 83 kilos extraídos de terciada salieron a 15 euros y los 165 de berberecho, a tres euros. La almeja japónica tuvo un precio en el mercado de 5,50 euros. Los mariscadores reunieron 254 kilos de esta variedad.

El colectivo intentará recuperar este mes algunos de los días de trabajo que perdió durante los cinco cierres a los que se vio abocada este año la ría de O Burgo, algunos de ellos por la presencia de toxinas y otros por altos niveles de hidrocarburos.

Baldomir lamenta que la ría de O Burgo vaya perdiendo capacidad y superficie productiva y que no se haya recuperado de la mortandad sufrida desde el último trimestre del año pasado.