Una de las trabajadoras de una residencia de ancianos de A Coruña fue condenada por robarle dinero a uno de los internos. La imputada reconoció que aprovechó que el hombre le confió sus dos tarjetas bancarias con sus números secretos para que le retirase dinero para sacar efectivo también para ella. La procesada fue condenada como autora de un delito continuado de estafa a la pena de 21 meses de cárcel. El magistrado del Juzgado de lo Penal número 1 de A Coruña tuvo en cuenta la agravante de abuso de superioridad y aceptó la suspensión de la pena por dos años, es decir, que la sospechosa no ingresará en prisión si durante ese periodo no delinque.

Con una de las tarjetas hizo tres retiradas de 100 euros cada una y, con la otra, cuatro, tres de 100 euros y una de 150. Cuando la víctima le pidió explicaciones, le devolvió 200 euros, por lo que el juez tuvo en cuenta la atenuante de reparación del daño.