Rosa Cobo, docente de la Universidade da Coruña en Sociología del Género, lamenta la falta de voluntad política y de medios para reforzar la lucha contra la violencia machista. Alerta del maltrato "invisible" a las mujeres a los ojos de parte de la sociedad y llama a la escuela y a los medios de comunicación a impulsar su prevención.

-¿Se puede trazar una evolución de las violencias machistas en la última década en la ciudad?

-El desarrollo de la violencia machista en A Coruña tiene un recorrido similar al de otras partes de la geografía española. Hay una violencia explícita que en muchos casos desemboca en denuncia y otras muchas manifestaciones de violencia que no se ven, invisibles a los ojos de una parte de la sociedad y que, en muchos casos, tiene lugar en el ámbito privado-doméstico.

-¿Hay más casos de violencia o es que ahora sabemos identificarlos y forman parte de la agenda informativa?

-No se puede comparar la dimensión actual de la violencia con épocas en las que no existían indicadores para medirla. Y la que se mide es una pequeña parte de la totalidad de la violencia. Dos de cada diez mujeres son agredidas de múltiples formas por sus parejas, pero también se sabe que el porcentaje de acoso sexual en los centros de trabajo está en torno al 15%. Las niñas abusadas sexualmente en sus entornos familiares por varones de la familia o próximos, según el informe de la Organización Mundial de la Salud de 2002, es de un 20% en los países de la UE. Esto es solo la punta del iceberg.

-¿Cuál cree que es el mayor avance que se ha hecho en la ciudad en este tema y por qué? ¿Y el mayor atraso que hay?

-Al tratamiento institucional de la violencia machista le falta voluntad política y recursos. El Gobierno estatal considera que las cuestiones de igualdad y violencia de género no son prioritarias. El descenso de casi un 30% en recursos evidencia la falta de avances. No puede haber avances sin recursos y sin voluntad política. Lo que ocurre en A Coruña pasa en otras ciudades.

-¿Cómo se puede ayudar, desde la Universidad, desde el Centro de Estudios de Género y Feministas, a cambiar los comportamientos violentos?

-La Universidad tiene que ser un espacio de producción de pensamiento crítico. El CEXeF es un centro de investigación en estudios de género y teoría feminista que colabora con el Concello en el análisis de los servicios para apoyar a las mujeres agredidas a efectos de que la Administración pueda pensar en políticas públicas para erradicar la violencia machista.

-¿Son los jóvenes más o menos machistas que sus padres?

-Diversos estudios revelan que las conductas machistas no se reducen, sino que aumentan. Eso sucede siempre si no se aplican políticas públicas de igualdad desde el poder político. Los medios de comunicación o la escuela son ámbitos privilegiados que pueden y deben contribuir a la prevención. Si nuestro alumnado sigue formándose en valores de dominio, será imposible desactivar la violencia machista. Por eso es indispensable una asignatura de educación en la igualdad en Primaria y Secundaria. Y que los diferentes grados y másteres universitarios tengan materias en las que se analicen mecanismos y dispositivos que crean la desigualdad y hacen posible la violencia. Solo así se puede hacer frente.

-¿Podemos identificar eso que se denomina micromachismos en una ciudad como A Coruña?

-Aquí, como en otras ciudades, se concentran todas las modalidades de violencia machista, desde las más difíciles de identificar a las que la sociedad ya ha conceptualizado como violencia patriarcal.